Os cuento: tengo una perrita que se llama Floret y una gatita, eran muy amigas y jugaban mucho y dormían en una camita las dos juntas. una noche la gatita pario y por la mañana me llevé una gran sorpresa, tenía cuatro gatitos. Floret se encariñó con los gatitos y estuvo mucho tiempo con ellos, pero cuando los gatitos tenían nueve días a la gata la atropelló un coche. así que Floret y yo tuvimos que hacernos cargo de los huerfanos. Yo les doy el biberón cuatro veces al día y Floret está siempre con ellos: adelgazó porque no sale de la cestita ni para comer. Le chupan las tetillas y las tienen un poco malitas pero ella lo aguanta todo. Se está portando como una buena madre.
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Es una historia de convivencia tan bonita, ojalá los humanos fuéramos la mitad de humanos que Floret. Siento mucho lo que pasó después, un beso muy grande.
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